TransforNación

"La transformación de las Naciones comienza en el corazón de las personas"

TransforNación

Por Rafael Domínguez

He usado esta extraña palabra compuesta como titulo, para explicar el esfuerzo que creo es todavía una tarea pendiente, la profunda transformación de la Nación, que nos permita visualizar, independientemente de nuestras diferencias culturales, económicas, sociales, ideológicas o de otra índole, un norte común, una nación a la que podamos agregarle valor desde esas diferencias, una transformación que haga de cada uno de nosotros líderes de nuestro entorno, pero no dejando de visualizar el resultado final de cada pequeño aporte, esa Nación fuerte, próspera y de la cual podamos sentirnos no solo orgullosos sino propietarios.
Para una TransforNación se necesitan líderes, pero no cualquier clase de líderes, sino aquellos que creen en que su liderazgo no es para acumular poder, bienes y dinero,  o que use a sus seguidores para alcanzar sus intereses personales, al contrario, líderes que saben que su liderazgo puede transformar a otros, liderazgo que puede hacer de sus seguidores nuevos líderes y agregarles capacidades y habilidades que les hagan superarse a si mismos y a su vez tengan impacto para transformar su entorno, su familia, su comunidad, la Nación.
Estos líderes deben seguir trabajando en lo que comúnmente hacen pero con convicciones nuevas, impregnadas de valores, principios de bien y conceptos de Nación que funcionan, todos ellos contenidos en la biblia, como manual fundamental de vida y construcción de naciones; interés en esto deberíamos tener todos los salvadoreños creyentes o no,  pero en especial los líderes de las iglesias, de todas las denominaciones y tradiciones, que al fondo tienen el mismo fin transformar personas que luego pueden transformar las naciones, pero esta última parte parece la hemos puesto en “pausa” preocupándonos en sobre manera por la salvación de las almas y el crecer del número de adeptos, olvidando que cada persona transformada también debe vivir como tal, ejercer como tal y motivar a los otros como tal, es decir vivir transformando la realidad mientras el día de la salvación llega, para que nuestro cristianismo cumpla con lo que en el pasado cumplió, cambiar las estructuras sociales, económicas y políticas para un mundo más piadoso, civilizado y en pujante crecimiento en la ciencia, la economía, la agricultura, etc.. en función de las personas para que alcancen mejores condiciones de vida.
El proceso incluye que estos líderes transformados y transformadores, se inserten en las áreas de actividad estratégica, áreas que llamamos de influencia para transformarlas positivamente: la salud, la educación, la familia, los medios de comunicación (artes), la iglesia, el gobierno y los negocios. Si estas áreas adquieren los viejos conceptos de nación que crearon la prosperidad del mundo occidental como sus nuevos conceptos, es muy probable que la transforNación comience a florecer y nos re-econtremos con el valor máximo que puede tener un ser humano como es el “servir al otro” “amar al otro” “ayudar al otro” que es al final lo que nos hace más fuertes.
Este proceso no es fácil ni de inmediato resultado, pero si no lo iniciamos pronto, mucho más tarde veremos mejoras y los problemas continuaran inundando nuestros días hasta convertirnos en una nación angustiada y sin solución, por ello creo que el solo hecho de plantear una transformación debe abrir un debate a cómo lograrlo, bajo qué condiciones  y bajó que términos cada quien toma su papel para hacer la diferencia; por que de algo estoy muy seguro y es que una transformación de este tipo no se puede lograr solo con movimientos políticos electorales, pues hasta hoy el resultado sigue siendo limitado,  y aun y cuando se hagan mejoras desde la política pública, si estos no tienen base sustantiva se convierten en logros estancos, que se ganan un momento y se pierden en otro, ya que las naciones tienen vida generacional y para sostenerlos necesitamos generaciones visualizando, anhelando y trabajando bajo los mismos valores y principios a lo largo del tiempo.
Transformar la Nación es el reto y tarea del nuevo liderazgo porque los cambios por cambios, las visiones divididas hasta el odio, la falta de diálogo, solo seguirán abriendo grietas en las que finalmente caeremos retrasando la promesa de ser un pueblo heredero de bonanzas y grandeza.
 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *