Camino a la transformación

"La transformación de las Naciones comienza en el corazón de las personas"

Camino a la transformación

Por Rafael Domínguez

En todos estos años hemos estado analizando la manera en la que nuestras naciones pudieran desarrollarse y ser realmente las naciones de beneficio para sus habitantes, hemos puesto confianza y empeño en crear sociedades basadas en ideologías políticas, dejando por fuera la cosmovisión con la cual deberíamos ver holísticamente la realidad; Las ideologías le agregaron a la vida cotidiana etiquetas de “izquierda” “centro” “derecha” como si el mundo se redujera a la forma en que estas ideologías plantean la realidad.
El problema es que estas ideologías nacen desde la visión limitada del ser humano, son conceptualizaciones basadas en el análisis de la realidad pero sin considerar el carácter espiritual que hay en las personas, son ideologías inspiradas por el humanismo, aquello que quitá del centro del universo a Dios para colocar al hombre, es decir que cualquier planteamiento o visión nace y termina en lo que el hombre es capaz de definir por si mismo y eso ha llevado a una y otra vez a la frustración a la hora de evaluar los resultados.
En este sentido se debe hacer una reflexión profunda si en verdad queremos un proceso de transformación con resultados más halagadores, la reflexión parte de esa “cosmovisión” casi desechada pero que de ser retomada empezará a germinar en esos resultados que deseamos, la cosmovisión parte de que la esencia humana esta caída, tiene limitaciones que solo pueden superarse por medio del desarrollo espiritual y reconexión con el creador, parte de reconocer que somos seres creados, dependientes y sujetos a ese creador, del que depende la vida y la provisión, nuestro destino y cada una de las cosas por las que estamos en este mundo y es a partir de ahí que entonces la transformación es posible.
Las ideologías humanas, nos dicen que el individuo crea todo, de el nace el estado, las leyes, las instituciones, por tanto su máximo es el individuo mismo, pero resulta que como ser humano limitado es incapaz de alcanzar niveles más altos de desarrollo y los que alcance estarán siempre llenos de incertidumbre y altas posibilidades de fracaso, pero cuando la visión cambia a la de un ser que se reconoce creado, este puede esperar mucho más, más recursos, más posibilidades, más ingenio, más del futuro ya que este no depende de el, sino de quien le creó, que es más poderoso y más capaz que su creación, sin saltarnos un elemento importante en esa cosmovisión: que fuimos creados a la imagen y semejanza del creador, haciéndonos de nuevas capacidades y cualidades que dependen de lo intangible, pues son espirituales.
El hombre y mujer son seres de cuerpo, mente, alma y espíritu y cada una de esas partes debemos cultivarlas para una plenitud de vida, ese es el primer paso de la transformación, recuperar nuestra naturaleza espiritual descansando en la conciencia de que ser creado no es ser menos, sino creados como corona de todo lo que ese Creador desarrolló y por tanto de infinitas posibilidades.
Transformar una nación entonces comienza por la conciencia o el corazón del hombre si queremos ponerlo en términos más bíblicos, si ese corazón cambia, podrá cambiar todo el entorno, ya que solo un corazón transformado comprende y hace suya la cosmovisión, sus principios, estatutos, valores, leyes y acciones que van hacia afuera del individuo de forma casi automática, eso es lo que Jesucristo como muestra viviente y encarnada vino a mostrarnos como posibilidad, su corazón limpio, perfecto, sin mancha, fue capaz de transformar el mundo con solo un mandato, el de amarnos y servir a los demás, estableciendo un nuevo paradigma que no tiene que ver con el conocimiento o sapiencia humana sino con lo más profundo del sentir.
De esta forma puedo decir que si queremos caminar hacia una transformación real y duradera en resultados, la discusión ideológica debe pasar a un segundo plano, la estructura mental de determinada bandera electoral debe ser construida desde otra visión, la visión completa de que nuestro cambio personal a través de la fe, se convierta en acciones reales que impacten la sociedad, que cambien las relaciones, que mueva los enfoques de la política para que esta realmente construya naciones discípulas, que adopten una nueva cosmovisión; en Proyecto Nación creemos firmemente que es posible, solo tenemos que regresar a revisar los principios, las leyes y los decretos que ya nos fueron dados para construir la transformación de las Naciones y ponerlos en práctica.


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Un comentario

  1. Graciela Paskevicius dice:

    Una bendición enorme para la nación de El Salvador que hombres íntegros, entrenados en la cosmovisión bíblica se pongan en la brecha para transformar su nación. Que El Señor te conceda cumplir todo lo que sueñas hacer en El Salvador! Te bendigo desde Argentina!

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